jueves, 17 de diciembre de 2015

Reseña: Historias que no contaría a mi madre - R. R. López

Título: Historias que no contaría a mi madre

Autor: R. R. López

Género: Humor, Realismo fantástico

Editorial: Publicalibro

Formato: Ebook

Páginas: 224

Primera publicación: 2004 (ésta edición 2013)






Felio es un universitario de Córdoba que nos cuenta a través de varios relatos sus aventuras, estas transcurren en la universidad y con su mejor amigo, nos habla de extrañas experiencias paranormales, de sus intentos de experiencias sexuales, de la vida en su barrio y con sus extraños vecinos, todo de la manera más sarcástica y divertida.





La verdad es que con este libro me lo he pasado en grande, me he reído muchísimo, no os lo podéis imaginar. Lo que si os tengo que decir es que no es un libro para personas delicadas, muy rectas o que tratan de maquillar la realidad más…. grosera de la vida, con lo más fino, porque es un libro tremendamente sincero. Dentro del género humorístico encontramos a personas que escriben de maneras completamente distintas, mucho más que en otros géneros, usando recursos muy distintos, y en este caso el autor hace uso de la escatología, de la calentura adolescente, del sarcasmo, de un lenguaje muy coloquial y muy andaluz, incluso de una cultura muy andaluza, pero también de la incultura. Todo esto lo mezcla con toques de ficción, por ejemplo, en algunos momentos aparecen cosas paranormales, aunque muy cómicas.

El autor muestra una parte de la sociedad, que aunque está ahí, nadie suele mostrar, pero lo hace de un modo cómico. El protagonista, Felio, tiene cultura, gusto musical, y bueno, sentido común, y está rodeado de gente completamente inculta, basta, bruta, prácticamente analfabetos. La manera en que los muestra el autor, puede parecer exagerada, pero yo os digo que para nada, porque he conocido a gente así. El autor escribe de manera normal cuando habla Felio, usando un lenguaje muy rico; pero cuando hablan personas… tal y como ellos lo expresarían “bajunas”, escribe literalmente como suenan sus diálogos y conversaciones, y realmente, en mí causaba verdaderas carcajadas, primeramente, porque clavaba su lenguaje escribiéndolo con palabras que ni existen, y después, porque es tan real, me recordaba mucho a personas que yo he visto y he conocido. Es la cultura de la incultura, muestra una especie de incultura incluso en los aspectos más básicos de la sociedad. De verdad, tenéis que leerlo para ver como lo hace.

En cuanto al ritmo de la narración, todo transcurre rápido, no te da tiempo a aburrirte, el protagonista es muy elocuente, sus frases son muy sarcásticas, de hecho, me llamaba mucho la atención y me hacía pensar que el autor tiene que tener una gran imaginación y sentido del humor, para crear tantísimos juegos de palabras, ocurrencias, frases sarcásticas, etc. Prácticamente se suceden una tras otra en todo el libro. También hace muchas referencias a personajes de series y películas de los 80 y 90, incluso a lo que podríamos llamar “tribus urbanas andaluzas”.

Una de las cosas que más me ha gustado es que el autor plasma a un personaje muy joven, digamos post-adolescente, y no maquilla muchos aspectos de esa juventud como hacen otros autores, sino que te habla de la realidad, de cosas que tú puedes haber conocido en esa época. En algunas partes del libro vemos que el personaje de Felio es muy joven, y está muy… digamos caliente, y no se come nada, y se expresa como alguien que es muy joven, está muy caliente, y no se come nada; y aunque  pueda parecer una tontería, esto no es común, porque la mayoría de autores plasman a adolescentes o post-adolescentes que parecen treintañeros, maduros, llenos de control, y eso no es así, no es real. Los chavales a esa edad son completamente groseros, y dicen muchas guarrerías, y esa es la realidad aunque la gente no quiera que sus hijos lean ese tipo de cosas. Y por eso, ¡por eso!, cuando lees las barbaridades que dice Felio, te acuerdas de esa época de tu vida, y te ríes, mucho, porque lo normal es mirar hacia atrás y reírnos de lo bestias que éramos.

Por otra parte, cuando lo leía pensaba que el personaje de Felio debe estar basado en experiencias del propio autor, porque estudia la misma carrera, también es de Córdoba, y la descripción que da de Felio es muy parecida a la del propio autor. Y mientras lo leía pensaba: “seguro que esos eran sus profesores y vecinos y les ha cambiado el nombre”, y me reía muchísimo.

Tengo que decir que el único capítulo que no me gustó fue el segundo, no completamente, porque tiene cosas con las que también me reí mucho, pero ese capítulo me disgustó un poco. El resto de capítulos me encantaron y el libro mejoraba cada vez más.

Si queréis pasar un buen rato, riéndoos prácticamente todo el tiempo, os recomiendo que leáis Historias que no contaría a mi madre.

Y si os interesa, el autor ha sacado una segunda parte en 2014, llamada Imposible pero incierto.


Algunas frases que me han gustado:

“Sea como fuere, la cosa es que yo me hallaba repantigado en el incómodo taburete, con los codos apoyados en el banco del laboratorio, en una postura de “devórame, baby.”

“Me había ganado la enemistad del Guanán, uno de los capos más sanguinarios del cerro, por hacerle un masaje en las gónadas con la punta del zapato.”

“Mi determinación era firme como los senos de la Venus de Milo.”







2 comentarios:

Cata dijo...

Me gusto mucho tu reseña, y el libro pinta muy bueno! Pero me da miedo no entender las cosas andaluces por que no siquiera vivo en España.
Nos vemos!

Irene dijo...

Por lo que cuentas, tiene buena pinta pero como el sentido del humor es tan diferente entre unas personas y otras no sé si arriesgarme! Aunque las citas que pones me han hecho gracia :D
Un besito