miércoles, 30 de diciembre de 2015

Reseña: El conde de Montecristo - Alejando Dumas

Nombre: El conde de Montecristo
(Le Comte de Monte-Cristo)

Autor: Alejandro Dumas

Género: clásicos, narrativa extranjera, novela contemporánea, novela histórica, aventuras

Editorial: e-artnow ediciones

Formato: ebook

Páginas: 709

Primera publicación: 1845-46 (ésta 2013)




El joven Edmundo Dantés es el capitán del barco El faraón, vive con su anciano padre y está a punto de casarse con la bella Mercedes, tres de sus conocidos urden un plan para quitar de en medio a Edmundo y beneficiarse cada uno a su manera, de esta forma, escriben una carta que acusa a Edmundo de agente bonapartista. El día antes de casarse con Mercedes es apresado y llevado a la prisión del castillo de If, de donde nadie vuelve. Allí pasará diez años, allí conocerá al Abate Faria, que le contará sus secretos e intentarán escapar junto. Cuando Edmundo consigue escapar, todos le creen muerto, urde un plan para vengarse de todos aquellos que le traicionaron, todos los que le hicieron daño. Bajo el nombre de El conde de Montecristo, se mezcla con todos ellos, entre la aristocracia, moviendo los invisibles hilos de su venganza.




La razón por la que elegí leer este libro, dándole una posición de honor entre mis lecturas de este año, es no solo que es considerado un gran clásico de la literatura, y que su autor se considera un gran escritor, sino también, que crecí escuchando hablar de Edmundo Dantés, ya que a mi madre le gusta mucho esta historia, no solo en libro, sino también en película. Cuando era más pequeña y hablábamos de injusticias o de alguien que había sufrido mucho por culpa de otros, mi madre me recordaba la historia de El conde de Montecristo. En mi casa esto era como una especie de “parábola” no religiosa. Así que sabía muchas cosas de las que pasaban en el libro, pero para mí era necesario leerlo por fin.

Es un libro que me ha gustado realmente, resulta muy interesante, el escritor crea unos ambientes, unos escenarios, unas tramas, ¡increíbles!, y no solo eso, sino que además, mantiene la tensión durante todo el capítulo y es al final cuando todo estalla y te quedas muy satisfecho. Había momentos de la lectura en los que estaba deseando volver a casa del trabajo para pegarme al libro y seguir leyendo, y pensaba “qué cosa más interesante”. Creo que es el libro más interesante que he leído en mi vida. Otra cosa que me llamó la atención es que es interesante desde el principio, desde la primera frase, nada de introducir la historia con mil descripciones y aburrir al lector, aquí te cuenta tantísimas cosas, que además aprendes, por ejemplo, aprendes sobre historia de Francia, sobre Napoleón, sobre cómo llegó Francia ser una república, etc.

Pero además de hablar sobre historia, tiene temas más profundos, que te hacen reflexionar, nos habla sobre el egoísmo y la envidia, sobre cómo las personas pueden destrozar la vida de otros solo para conseguir sus intereses, sobre cómo pueden llegar a ser de malas algunas personas, incluso con sus más allegados. También habla del amor y de la culpabilidad, de cómo unas personas pueden llegar a ser fieles durante años y otras se rinden por cobardía. También, por supuesto, nos habla de la posibilidad de la venganza, que es el tema principal del libro, y durante una gran parte del libro, el autor te va contando todo de una manera que vives con Edmundo esos sentimientos, que él va rumiando poco a poco, año tras año, y cuando lees por primera vez la palabra “venganza” levantas el puño y dices “¡VENGANZA!”, como si fueras William Wallas gritando “¡¡¡LIBERTAD!!!”

También encontramos en esta obra amor y pasión, amor puro y sincero, amantes capaces de esperar y luchar frente a los obstáculos que la vida pone a ese amor, amantes capaces de hacer cualquier cosa porque han perdido al ser amado. Leemos también sobre pasiones inflamadas, sobre amores platónicos, sobre momentos en los que las personas se expresan su amor de manera tan hermosa que te deja sin aliento. Pero no es solo la pasión amorosa, es la pasión que ponen en todo algunos de sus personajes, en especial Edmundo Dantés, por su idea de venganza, por esa promesa de vengarse a sí mismo y todos los demás perjudicados.

En cuanto a su protagonista, Edmundo Dantés, comienza siendo un joven cándido y encantador. Muy trabajador, pero de una inocencia que no le permite imaginar que haya gente tan malvada en el mundo, ni sospechar que está en esa cárcel por varios complots (el de la falsa carta de Caderousse, Danglars y Fernando; y el de Villefort). Pero es el abate Faria, con su inmensa sabiduría quien le abre los ojos. Le enseña que sus supuestos amigos y conocidos le traicionaron por interés, y que Villefort lo hace por su padre, y por su mismo interés. Y todo esto despierta en él el instinto de venganza, que le hace mantenerse vivo, perseverar, luchar y llegar a hacer todo lo posible por cumplir su venganza. Una vez liberado por fin y presto a cumplir su venganza, su rectitud y su deseo de castigar a los culpables es tal que aprende de todo, muchas más cosas de las que le enseñó el abate. Todas disciplinas que no dejan nada al azar, para poder parecer un auténtico aristócrata, y para poder sortear los auténticos peligros que podrían presentarse en tan difícil tarea. Y todo esto es admirable, la capacidad de rectitud, y la manera en que se centra y pasito a pasito consigue las más grandes cosas, urde tramas increíbles, y todo sale a la perfección.

Los que conocen a Edmundo lo ven como a un Dios, incluso así es como hablan de él. Y esto se debe a su confianza y a su carisma, unido a todas esas cosas que ha aprendido y a esos deseos de cumplir su venganza, que le llevan a averiguar hasta los más recónditos secretos de cada uno de los implicados y sus familias, sin dejar ni un solo cabo suelto, y luego actuar mediante esta información.

En algunos momentos me recordaba un poco al personaje de Robin Hood, porque aunque pueda parecer terrible en momentos de venganza, sobre todo al final, en que ya todo es venganza; no debemos olvidar que Edmundo también ayuda a muchas personas que fueron buenas con él, como por ejemplo a Morrell. En muchas ocasiones no duda en usar su fortuna para ayudar a los que son buenos, o incluso para recompensar a aquellos que tienen buenos sentimientos.

Pasa por momentos muy emotivos, sobre todo cuando descubre que fue de todos aquellos que quería, pero poco a poco su personaje se va endureciendo y cada vez es más frío y altivo. En ocasiones parece que no solo los demás lo vean como un dios, sino que el mismo se considere así.

Hacia el final (no haré spoiler) encontré un sentimiento que no me gustó, aunque para nada desmerece el libro, pero quería contaros todo esto. Es normal encontrar en muchos clásicos antiguos partes del libro donde hablan muchísimo de Dios, aconsejando a los personajes que no hagan nada, que se sienten y tengan paciencia, que Dios lo arreglará todo. Fomentan la devoción religiosa de la manera más egoísta e infantil, en vez de fomentar el que un ser humano se esfuerce y haga algo. Al final del libro podemos ver un Edmundo que habla todo el tiempo de Dios y muestra una fe un poco extrema. Durante todo el libro Edmundo es presentado como alguien digno de ser admirado, capaz, tenaz, con autocontrol, carismático, perseverante, estratega, tiene muchas virtudes que le ayudan a desarrollar su venganza poco a poco y tejiendo una serie de hilos y pequeñas venganzas entrelazadas muy complejas. Pero al final del libro, vemos como Edmundo confiesa que todo eso que ha hecho no es mérito suyo, sino de Dios, y esto, esto no me gustó nada, se me vino abajo el personaje de Edmundo, completamente convertido en un pusilánime al que solo le falta arrodillarse lloriqueando, después de todo lo que ha luchado dice cosas como “soy una herramienta de Dios”, él piensa que todo eso que ha conseguido lo ha conseguido gracias a la intervención de Dios, y que él es su herramienta, su arma para hacer daño a esas personas. Este tipo de pensamientos son muy peligrosos, sé que cuando lo escribieron eran otros tiempos, la gente era muy devota, y quizás esto no chocara, pero hoy en día, viendo como hay personas que son capaces de inmolarse o ponerse explosivos para matar a cientos de personas en nombre de su Dios, creo que las afirmaciones de Edmundo Dantés no pueden ser vistas de igual manera que cuando se escribió.

Mi conclusión es que me lo he pasado muy bien, ha habido momentos de intriga, ha habido momentos de culminación emocionantes, momentos de amor, y momentos en los que he aprendido muchísimo de historia. Pienso que es una novela que todo el mundo debería leer, porque siento que es una de las mejores novelas que he leído en mi vida. Merece la pena adentrase en las aventuras y desventuras de Edmundo Dantés, no te dejará impasible.  


Algunas frases que me gustaron:

“—¡Oh!, ¡la maldad de los hombres es muy profunda! —dijo Villefort—, puesto que es más profunda que la bondad de Dios.”

“Fue tan bien comprendido este saludo, que Morrel, con la misma expresión de su mirada, acercó a su vez su pañuelo a la boca, y las dos estatuas vivas, cuyo corazón latía con tanta violencia bajo el mármol de su rostro, separadas por toda la longitud de la sala, se olvidaron un instante o más bien olvidaron el mundo en aquella muda contemplación.”

“Las ideas no mueren, señor, se adormecen de vez en cuando, pero despiertan más fuertes que antes.”





2 comentarios:

Irene dijo...

Tengo muchísimas ganas de leer este libro, sobre todo con lo que me gustó Los tres mosqueteros. Después de leer tu reseña tengo más ganas todavía, a ver si 2016 es el año.

Shorby dijo...

Uno de mis eterrrrnos pendientes!

Besotes