viernes, 22 de noviembre de 2013

¿Se puede leer literatura juvenil siendo adulto?

Este es un tema que a algunos adultos les preocupa (y a otros en absoluto, lo hacen y punto), pero ya me lo han peguntado varias veces y quería escribir algo sobre ello. ¿Se puede leer literatura juvenil siendo adulto? Evidentemente, si no le haces daño a nadie puedes hacer lo que quieras. Quizás algunos adultos lo ven raro, pero pienso que hoy en día no lo es tanto.




Supongo que todo empezó con el fenómeno Harry Potter, en el que se dice que podíamos encontrar personas de 80 años leyendo estos libros de J. K. Rowling. Y muchas personas continuaron. Y de hecho, ahí es donde yo empecé a leer literatura juvenil siendo adulta. Con Harry Potter. Nunca dejé de leer, pero llegó un momento en que me pregunté ¿puedo volver atrás y leer libros para adolescentes? Y con la excusa de estos libros que todos leían y que me fascinaron, pues empecé a hacerlo.

Y otro motivo es que leo libros adultos y juveniles, pero uno de los géneros que más me gusta es la fantasía, y siendo sinceros, la gran mayoría de libros de fantasía son juveniles (exceptuando editoriales como Gigamesh o Timun Mas), y ahí está el quid de la cuestión, por eso leo juvenil, porque me gusta la fantasía y al año se publican cientos de libros de fantasía juveniles, y tienes mucho donde escoger. Y una vez descubierto que puedes leer juvenil siendo adulto sin problemas, ya también te lanzas a probar otros libros que no sean de fantasía, y ahí es donde formulo yo una teoría sobre los libros juveniles, pienso que si eres escritor y escribes una historia en la que los protagonistas son adolescentes, te publican el libro como juvenil. Pero muchos libros, aunque sus protagonistas sean adolescentes, se pueden leer perfectamente por adultos y ser disfrutados.


Y esa es mi opinión, mi experiencia y el por qué lo hago. Y te digo “si quieres leer juvenil, ¡hazloooooooo! Y disfruta”.

9 comentarios:

Sara dijo...

Yo creo que sí se puede leer literatura juvenil siendo adulto. A punto de cumplir los 22, me gusta leer una buena novela juvenil de tanto en tanto.
Besos:)

Nube de Frases dijo...

Yo creo que si se puede, aunque quizás no todos los libros sean adecuados... Un saludo.

MenteLectora dijo...

Yo también creo que se puede. Cada uno debe leer lo que le gusta. Igual que puede haber adolescentes a los que no les guste la literatura juvenil sino la adulta. Supongo que hay de todo. A mí, personalmente, no me justa mucho la juvenil, de este leo poquísimo.
Y todavía no he leído H.P., pero espero hacerlo pronto.

disfrutandoleyendo dijo...

Yo leo lo que me gusta y listo. También creo que es interesante saber que leen la generación de tus hijos.Bs

Ursu Vel dijo...

Yo tengo 36 y no me da verguenza decir que leo juvenil. Lo que pasa es que a mi también me gusta la fantasía y además creo historias para niños y adolescentes (aun no publicadas, eso si). Entonces a parte de mi fascinación por la fantasía también lo hago como una especie de estudio de mercado, para ver que es lo que le gusta a mi potencial público lector.
Saludos!

Unknown dijo...

Yo acabo de descubrir, o redescubrir sería correcto decir la literatura juvenil, y me encanta. Nada es comparable con las emociones de adolescencia. Besos

Lindaivette38 dijo...

Claro que si, te permiten comparar lo que piensas con lo que pensabas en esa epoca.

Alan D.D. dijo...

Yo soy de los que da un rotundo Sí a esta pregunta, tanto así que incluso libros infantiles me han encantado; la literatura adulta me parece aburrida muchas veces, casi siempre es lenta, complicada, con tantas cosas encima que me cansa, en cambio la juvenil Y MÁS LA INFANTIL QUE CUALQUIER OTRA, son rápidas, dinámicas, movidas, y te transportan al escenario AL INSTANTE, así que sí, para mí un adulto puede leer cualquier tipo de libros, sean adultos, juveniles o infantiles (Conste que tengo 18 años y sigo disfrutando de estos libros)
Saludos!

Anónimo dijo...

Por supuesto que si, y si podemos seguir la trayectoria del adolescente a través de la historia es genial. Recomiendo Trilogía Aeternum, de Ana Rosenrot